EN UN DÍA DE LLUVIA
Llovía y parecía venirse el techo abajo. Se tejían historias
con la lluvia. Construíamos barquitos de papel que flotaban en el agua. Era una
de esas tormentas que obligaba a no salir de nuestras casas o hacerlo solo para
lo necesario. Los aleros de las casas nos servían de refugio o una parada
de colectivos podía servirnos. Los paraguas se doblaban en sus puntas por el
viento y solo se salvaban si eran fuertes. Cuando paró salió
un arcoíris que nos deslumbró nos hizo sentir que la vida tenía maravillosos
colores que nos podían hacer soñar con una primavera mejor.
Ale.
18/10/´17
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