Mujer
Te quiero nívea
blanca y áurica.
Eres la primavera
que crece
sobre el rosal.
No me dejes solo
acaríciame sobre el trigal.
Mírame como un todo
déjame
amarte sin cesar.
Tu eres la llama que se enciende
el verso que crece
y florece dentro mío
para
permanecer.
Ale.